lunes, 30 de julio de 2012

El protector, primera parte...

Buenas! Todo bien? Me alegro, de nuevo aquí estoy para intentar distraeros y apartarnos un instante de este calor sofocante que nos asfixia, pero bueno, con el aire acondicionado y el agua fresquita se alivia un poco... :)
Bueno, hoy me gustaría traeros otra historia que creo que os gustará y aprovecho para agradeceros vuestros cumplidos acerca de todos los relatos que publico aquí :D 
Sin más dilación os presento: El Protector

Ethel entró en el establo. Su largo cabello color miel fue reflejado por la rojiza luz del atardecer durante un instante, y sus oscuros ojos, se acostumbraron de nuevo a la tenue luz del establo. 
-¡Mamá!- dijo la chica- Te he dicho mil veces que no quiero que trabajes en tu estado.
Ofelia, la madre de Ethel, esperaba un bebé y estaba en la recta final de su embarazo. La chica, al verla ordeñando a una de las vacas sentada sobre un incómodo taburete de madera, sabía que aquello podía podía ser perjudicial para ella y el bebé y Ethel tenía muchas ganas de ver a su hermanito o hermanita recién nacido, no quería que le pasara nada.
-Me siento inútil, Ethel- confesó Ofelia.- Algo tengo que hacer.
-Bueno, pero puedes ayudar en otras cosas que requieran menos esfuerzo, además, sólo serán unos días más, ¿de acuerdo?- dijo Ethel, sonriendo.
-De acuerdo.
-Espera a que termine de ordeñar la vaca y ahora vamos a casa. Papá estará a punto de llegar y aún hay que hacer la cena.
Ofelia asintió y se levantó del pequeño taburete con ayuda de su hija, resopló por el esfuerzo y, al segundo siguiente, gimió:
-¿Qué te pasa, mamá?- preguntó preocupada Ethel.
-Nada hija, tu hermano, que quiere hacer acto de presencia.- dijo riendo Ofelia.
Ethel también rió, aliviada. En los últimos días el bebé no paraba quieto  y aquello era buena señal, nacería sano y fuerte. La chica terminó de  ordeñar al animal y lo llevó hasta su habitáculo en el establo, comprobó que todos los animales estaban bien provistos de comida y tomando el cubo de leche y a su madre de la otra mano, las dos se encaminaron a su casa. Esta y el establo se separaban unos metros entre sí pero no era mucho, así que en dos minutos estaban en casa preparando la comida, una deliciosa sopa de verduras recogidas del huerto de la familia.
Cuando Ethel estaba preparando la mesa, tres cuencos de madera con sus respectivas cucharas del mismo material y una jarra de barro con agua, en la puerta sonaron tres toques:
-¡Papá!
Ethel corrió a abrir. Su padre iba cada domingo al pueblo más cercano ya que había mercado, y en él vendía los productos de la granja, no le pagaban nada mal y así se podía enterar de las noticias que circulaban por todo el reino:
-Hola preciosa, ¿cómo estás?.- su padre Jack la besó en las mejillas.- ¿Y tu madre? ¿Cómo se encuentra?

-Bien, está en la cocina.- dijo Ethel cerrando la puerta. Vio cómo su padre se dirigía a la cocina y escuchó cómo saludaba a su madre. Luego, aparecieron los dos, él con la olla de sopa y ella con la cuchara para servirla.
Cuando estuvieron situados, Ofelia preguntó:
-¿Cómo ha ido todo en el pueblo?
-Bien, he recaudado bastante dinero por las verduras y la leche, creo que la gente se está provisionando para lo que viene...
Ethel no apartó los ojos de la sopa pero afinó el oído:
-¿Cómo?- preguntó Ofelia.
Jack suspiró:
-Los juglares han traído noticias que vienen con aire de guerra entre reinos, al parecer los reyes no concuerdan en la propiedad de unos terrenos entre nuestro reino y el del sur.
El silencio se hizo en la estancia:
-Pero... no puede ser...- murmuró Ofelia.- Ethel, ¿has terminado?
La chica miró a su madre:
-Sí.
-Por favor, retira tu plato y ve a dormir, mañana iremos al huerto y será un día duro de recolección.
-Está bien mamá, buenas noches a los tres.- dijo la chica sonriendo, hacía tiempo que hablaba como si su hermano estuviera ya allí.
Jack y Ofelia sonrieron:
-Buenas noches hija.
Ethel subió a su cuarto, pero abrió y cerró la puerta sin entrar en la habitación, sabía que su padre tenía que decir algo más y ella quería saberlo, tenía ya catorce años y no era ninguna niña. Enseguida escuchó la voz de su padre:
-Los trovadores dicen que hay algo, algo oscuro, que hace que el ejército del sur esté conquistando tantos territorios y matando tantos soldados.
Ethel escuchó a su madre lanzar una exclamación de sorpresa:
-¿Lo han visto?
-Algunos dicen que es como un diablo oscuro, otros como una sombra surgida de las profundidades del más oscuro abismo...
Ethel abrió silenciosamente la puerta y entró en su habitación, no quería escuchar nada más. Era verdad que ella también había escuchado historias como aquella, los juglares tendían a adornar las historias pero Ethel creía en ello... Ningún ejército era capaz de matar a otro sin ningún superviviente en un par de horas, las guerras solían durar hasta días enteros, se necesitaba magia o un elemento sobrenatural para vencer tan rápido.
La chica entró en la habitación tenuemente iluminada con la luz de una única vela sobre la mesita de noche de madera al lado de la cama.
Ethel se desvistió quitándose su vestido y delantal de faena y se colocó su delicado camisón de tela que su madre le había hecho tiempo atrás, como regalo por su decimotercero cumpleaños. Después se acostó en la cama y cerró los ojos sintiendo la fresca brisa que entraba por la ventana.
De repente, Ethel sintió frío e intentó taparse con la manta. 
Pero no pudo. 
Estaba inmovilizada.
Su cuerpo no le respondía. 

Bueno... nada que comentar, tan sólo que esta es la primera parte del relato, en la siguiente entrada sabréis el final de la historia :)
Nos vemos!! ^^  

4 comentarios:

  1. ¡¡Oh qué chulo!! Estás hecha toda una escritora. :D Espero que subas pronto la segunda parte. :)

    Por cierto, me encanta el nombre del padre de Ethel... ;D

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  2. Gracias!! Pronto tendras la siguiente parte :D
    Y el nombre lo he puesto queriendo, me encanta el nombre Jack por diversas razones ;)

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    1. Ya, ya. Si una de las razones la conozco... jejeje ;P

      PEro sin prisas, eh. Tú a tu tiempo, cuando te llegue la inspiración, cuando estés tranquila, etc. :D

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    2. No! Si ya lo tengo montado, lo que pasa que era demasiado largo para poner en una entrada :)

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